Retrato
No iré a los funerales
de parientes que apenas conocía
y han de ser de cristal los guantes que regalo
para tener un uso valioso e inservible.
Me mirarán muy mal cuando reparta
con tan poca pericia mi cariño.
Murmurarán:
- se cree
que anidando en un árbol de penumbras
su corazón va y viene
con el vuelo rebelde de los pájaros.
Y sí, es lo que creo...
¿Acaso
sabes proporcionar
equitativamente
la gracia apresurada de tu estima?
¿Y sabes distinguir
un gorrión de entre todos,
por si son inmortales como cuenta Paoletti?
Pues sí, así me creo...
Indiferente, igual que una avecilla
sin ritos familiares,
discutiendo por una miga seca,
luego yéndome, siendo
de idéntica textura con las plumas de otoño.
Indiferente, igual que un leopardo,
que un tren en vía muerta,
que un camino hacia dónde...
Ya no te digo más porque no es bueno
saber todo de un pájaro.
A ti te quiero y basta.
Y quiero a los parientes
de muerte lejanísima,
queriendo mucho y poco, da lo mismo.
Es un cariño de aire y del segundo
que atrae el corazón a su memoria.
Un animal que nunca se detiene,
un ser alado y tonto
e insumiso.
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Arte Digital
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Blog de Amigos del Canal Filosofia
Lyne
Amigos
Sobretodo la numero 1: Teressa, hoy aseret.
Los ojos de Teressa recorren el Universo en la pagina que en el año 2002, dedique a mis amigos del Canal. Filosofos2002
Debo a mis amigos del Canal el haber publicado multitud de paginas y Blogs. Sobretodo la del Vivencialismo, del año 1999, a peticion de mi primer grupo en el chat: el Grupo 23
Lo formamos, Vav, Mada, Sophia, Orfeo, (que era mi nick), Teressa, Stirling, y algunos mas que se fueron añadiendo.
Segun un correo que me envio Lycos, mi pagina de Vivencialismo, es una de las mas leidas.
Tan leida, que a partir del 2000, comenzaron a parecer paginas apocrifas sobre otros Vivencialismo, u hasta fundaciones culturales, con fuertes subvenciones.
Hoy en dia en el Canal, un clima como el de entonces es imposible, ya que el "exito arruino a la Empresa". Y la entrada de nuevas gentes, de un talante muy distinto, hace que separemos el Canal, de cualquier genero de publicacion, que quedaran reservadas solamente a los Amigos. Y asi podemos entrar mas facetas de nuestra realidad en un mundo, por naturaleza, virtual.
Generaciones
El dia 3 de Junio cumplire, 83 años, y estoy orgullosos de pertenecer a la Generacion del Silencio. Aunque creo que en este mundo virtual soy algo asi, como "el ultimo mohicano"
De aqui mi obligacion de recordar a mis "amigos" de entonces, para los que hice, hace tiempo, la que, a manera de dibujo, en Flash, aqui se ve.
Generacion del silencio
Infografias de Trujillo Marin
Jardin del Mar. Blog de Ogigia
JARDÍN AL MAR
Poesía, miradas, otros textos...y la música que me acompaña
12 de mayo de 2008
Poemas en Hermes II (Revista nº 1)
10 de mayo de 2008
Poemas en Hermes I (Revista nº 1)
A lo largo de los años referidos colaboraron numeros autores con sus textos y con sus dibujos.
Así, comienzo una nueva serie de poemas: los que fui publicando en
la revista ( si no todos, al menos los más relevantes) Algunos
aparerieron con mi nombre y, otros, por el gusto del juego, con
pseudónimo. Los poemas de Adelina Esteban, digamos que mi "amiga"
saludándome en el espejo, y publicados durante varios números de la
revista, ya fueron bajados hace tiempo en este blog...si
acaso, ya veré si vuelvo a presentarlos.
El poema que ahora vemos fue publicado en el primer número de
Hermes, revista estacional de poesía.
CARTA A JOHN K.
En este aprendizaje de la infelicidad hay un instante de esplendor
que despereza
el árbol aletargado en mi escritura.
Hay un instante de esplendor que es mío:
las palabras no son una fruta violentada, no renuncian a la
excitación de su prodigiosa fortaleza, inventan otro modo de
acercarse al ocaso de la angustia y, en una página blanca, el azar
de la existencia de las cosas más próximas a mí se convierte en
carne y sangre y piel que no se pudrirán si desvío la mirada a causa
del dolor, si pienso que no es verdad el fuego de la materia
duradera.
Siempre me dices
mira cómo se entrega el sauce a la muerte, cómo despierta al día
de su muerte acicalándose en el viento. Una gasa verde se insinúa en
sus huesos, un leve movimiento de la tierra lo resucita. Mira cómo
adelanta el fin, cómo no espera a ser llamado.
Y murmuras sonriéndome
no te resistas a su luz pues la muerte brilla al fondo de sus
besos vegetales.
John,
en este aprendizaje de la infelicidad la luz es un irse deslizando a
la amargura que ha extraviado el momento de esplendor prometido en
la mañana; tal vez, el país de la monotonía hubiera dado un vuelco
y, de pronto, nada estaba en su sitio porque temblaba el desorden de
gozo con una inesperada anunciación:
el hallazgo de un tesoro pirata que se creía una leyenda, el saltar
a la superficie un manantial de saludos tan impetuoso como los
géiseres y con la misma fe que permanece en los alminares aguardando
las respuestas consoladoras y divinas.
El árbol enraizado en mi escritura no posee el inicio de la
primavera que resplandece en el sauce; de poco le ha servido su
aguzada consciencia del exceso mientras la pasión se le iba
enroscando vorazmente y él se dejaba acariciar y se perdía.
Y aunque sabe que la muerte no gusta de los epílogos sino que reside
en la primera letra de los deseos, se estremece, no acierta a
contener las grietas de la tristeza, se duele tanto que los días se
transforman en un calvario de cofres abiertos y vacíos.
Qué pocas palabras se disfrazan entonces para la noche de la fiesta.
Qué celebración más rápida la de ese carnaval de no ser quien soy y
ser el personaje a quien la suerte regaló su capricho de
felicitaciones, un sortilegio de palabras para calentar el pecho de
los que escuchan su declamar pausado, para emocionarlos y para
conseguir una tregua en la aflicción inacabable.
He reconocido al viejo dios del tiempo entrando en mi casa,
aclimatándose a mis hábitos de soledad y de pequeños abandonos por
parte de los niños.
Siempre me has dicho que él encontraría mi refugio, que me
arrebataría el significado del amanecer, de las intenciones
libertinas, del repetirse una y otra vez las heridas del costado.
Este viejo dios ha tomado asiento en el árbol que se creía una
población de cúpulas doradas, y las imágenes de fantasmas se
multiplican igual que delgados frutos de una enfermedad silenciosa.
No me siento culpable porque otros dioses se hayan disuelto en la
edad del barro; tú bien sabes que perder la ingenuidad es desconfiar
de las peticiones de justicia, ya me advertiste cómo la inocencia
hiela la mirada, cómo descubre las trampas del futuro.
John,
ahora comprendo que mi aprendizaje se ejercita en la sed de la
memoria, un angustioso recordar que si los actos se repiten hasta el
hastío, no todo es igual y la fugacidad los convierte en juegos
irrecuperables, con su momento de esplendor, con su eternidad de
huella perdida.
Y a pesar de tanto esfuerzo para morir despacio, me aconsejas que no
pruebe de las aguas del Leteo.
No temas,
no beberé de sus aguas, no acercaré mi boca a su grial tranquilo y
sin retorno.
Me quemará el paladar la negra aceituna del ansia, se abrasarán mis
pulmones con la ceniza que vuelve cuando la alegría se despide, pero
no beberé y tú no me verás en el lecho del río, cerca de los cuerpos
tendidos boca arriba y lanceados por la corriente.
Resistiré en la infelicidad, se esfumará el momento de esplendor, se
calcificará en el desencanto su peligrosa golosina, pero no beberé,
ni siquiera me miraré en las aguas del Leteo.
Porque, a cambio del olvido, ¿qué leña harán de mi árbol de palabras
aquellos que quieran abrazarse con sus restos de amor?
A cambio del olvido, qué otra cosa seré sino mentiras:
no haber vivido nunca la sinrazón de un juego temerario, no haber
sentido nunca al corazón hallando una pregunta de cariño.
John,
no bajes aún las escaleras de la Piazza di Spagna y quédate a mi
lado: contemplarás con mis ojos la querencia para crecer en la
Melancolía del árbol que regamos suavemente;
alcanzará la infelicidad azul y luminosa del verano y no tendrá por
techo más que su propia soledad, altura de palabras remontando el
viaje de las aves que jamás,
jamás se detienen en un nido.
3 de mayo de 2008
Entra el viento de olor ciruela...XIX y XX
Leda y el cisne
No busco detrás de las nubes
la diferencia en tu visita
y el relato de un ángel
anunciador de vírgenes.
No, no hallaré otra providencia
que la de tus plumas:
saben a pulpa de melón,
huelen a los regalos
que festeja septiembre.
¿Para qué poseer un cuerpo
después de haber sido la tierra
de labor, la que guarda
creaciones y limos
sin coronas de espinas?
Se abre el cielo como un silencio
anterior a cualquier hallazgo,
se abre y me rescata del hierro
de las deserciones,
de los cilicios.
Se abre el tesoro del país
de las nubes
y no es altísimo quien llega
y tiende a estar ausente cuando
se le implora.
(Me asemejo a Santa Teresa
pero sólo en las ganas
de beber)
Brillo
pero reírme ya es secreto.
La paloma
se dejaba asir por Matisse, se estaba muy quieta, muy blanca,
muy sabedora de modelo cuando él la contempla y seduce su alma
para siempre en el papel.
Henri Matisse
entonces le dice: seré tu vuelo y tu blancura.
Cartier-Bresson, el otro Henri, casi ni parpadea.
No sabe si fotografiar a las tres palomas
que aguardan
o ser él mismo una paloma más y que Matisse
lo hechice.
26 de abril de 2008
Entra el viento de olor ciruela...XVIII
Zorah en la terraza
Si habláramos de sumisión
los peces dorados, absortos
en su planeta de cristal,
volarían
de puro metal si la luz
los incitara a la conjura.
A la sombra de un sol que aloca
hasta la muerte siento
una breve separación,
como descanso en la miseria
o replegarse el hambre.
Y en ese rincón,
que de tanto trasluz
casi es remanso,
la dignidad de lo pequeño
-tú, mirándome reposada,
tú, surgida de los umbrales
del agua- no pierde ni un ápice
de su oro.
Ahí quiero quedarme
incluso muda.
19 de abril de 2008
Entra el viento de olor ciruela...XVII
12 de abril de 2008
Entra el viento de olor ciruela...XVI
5 de abril de 2008
Entra el viento de olor ciruela...XV
Interior con niña
Ella soy yo,
¡será insensata la plenitud matinal
de los colores, de las frutas!
En el silencio que concentra
el espacio privado, deleite del viaje,
como si el tiempo fuese ríos regresando
o Henry James perdiera las tuercas,
ella soy yo,
tentada
por el hule lustroso en la mesa, tentada
por el agua de la jarra, por su cristal,
provocada
por los hierbas, los veroneses,
el cándido algodón, canelas flavisuaves,
lavandas, ultramar, corales, viridianos
destellos, negros de Marte, sombras tostadas,
tomates, pomelo, manzanas,
calabaza…
raptada en el papel…
¡Cuánta policromía
me invita y no la escucho!
Y ni siquiera estoy,
ni siquiera descanso la mirada: soy
el libro.
Museo de arte digital de Trujillo Marin
martes, 13 de mayo de 2008
Canal Filosofia
Fueron los Filosofos los que hablaron del arcano Agua, y un Canal de Filosofia deberia respetar la individualidad de los filosofos y darle a cada uno el vaso correspondiente, de tal manera que habria tantos Canales como bebedores del Agua.
Este sera el Canal que reciba gustoso a mis Amigos y les invite a beber, (escribir), y posteriormente veremos como los Rios van a la Mar.
Salvaje (Dhar)